Nacimiento del Plan Marshall y su marca en la historia
La pandemia que hoy azota al
planeta lleva como nombre COVI19, la cual según expertos es una crisis
sanitaria y considerada la mayor emergencia de los últimos tres cuartos de
siglo exige una acción contundente. Esta pandemia ha puesto de rodillas a
las naciones mas grande del mundo y ha provocado consigo una crisis económica que
por primera vez no es financiera. El presidente del Consejo Europeo, Charles
Michel, ha convocado a los jefes de Estado y de Gobierno el próximo 23 de abril
2020 para, entre otras cosas, dar luz verde al paquete económico diseñado por
el Eurogrupo y encarar el debate de la reconstrucción de Europa, la Eurocamara esta presionando a los lideres de los paises europeo para apoyarse en plan de recuperacion financiados por bono y tomar en consideracion el uso que se dio al plan Marshall en 1948-1952 para asi crear una series de medidas que los ayude a recuperarse igual que en aquella epoca. A modo
de recuento histórico la plataforma Royal Elite Actualidad trae a ustedes el
nacimiento del Plan Marshall y como este ayudo a la reconstrucción de Europa una
vez finalizada la segunda guerra mundial.
Se desarrolló entre los años
1948 y 1952. El plan, que tomó como nombre el del Secretario de Estado que lo
diseñó, George Marshall, consistió en proporcionar ayuda por un valor superior
a los 12.000 millones de dólares a los países europeos que
sufrieron el conflicto.
El Plan Marshall oficialmente
llamado European Recovery Program (ERP), fue una iniciativa de Estados Unidos para
ayudar a Europa Occidental, en la que los estadounidenses dieron
ayudas económicas por valor de unos 14,000 millones de dólares de la época
para la reconstrucción de aquellos países de Europa devastados tras la Segunda
Guerra Mundial. El plan estuvo en funcionamiento durante cuatro años desde
1948. Los objetivos de Estados Unidos eran reconstruir aquellas zonas
destruidas por la guerra, eliminar barreras al comercio, modernizar la
industria europea y hacer próspero de nuevo al continente; todos estos objetivos
estaban destinados a evitar la propagación del comunismo, que tenía
una gran y creciente influencia en la Europa de posguerra. El Plan Marshall
requirió de una disminución de las barreras interestatales, una menor
regulación de los negocios y alentó un aumento de la productividad,
la afiliación sindical y nuevos modelos de negocio.
También influyó, y no poco, en
esta decisión que una Europa destruida y sin capacidad económica no podría importar productos
estadounidenses. Por tanto, uno de los motivos fue la de apoyar a la industria y empresas norteamericanas
en su intento de exportar sus productos al viejo continente.
Por tanto, con el apoyo a la reconstrucción
de Europa se esperaba contribuir a crear sociedades prósperas, en los que
existieran derechos laborales en un contexto de bienestar económico y social.
Con ello se preveía que se evitaría que, en una situación de pobreza,
desigualdad y desestructuración social, los obreros de Europa Occidental se
viesen seducidos por las ideas socialistas y los regímenes prosoviéticos
que se implantaron en la Europa Oriental. El plan fue apoyado por los dos
grandes partidos estadounidenses: el Demócrata y el Republicano.
Las ayudas del plan se
dividieron entre los países receptores sobre una base más o menos per
cápita. Se dieron cantidades mayores a las grandes potencias industriales, ya
que la opinión dominante era que su reactivación sería esencial para la
prosperidad general de Europa. Aquellas naciones aliadas recibieron
algo más de ayuda per cápita que los antiguos miembros del eje o
que se habían mantenido neutrales. El mayor receptor de dinero del Plan
Marshall fue el Reino Unido, que recibió el 26 % del total,
seguido de Francia con el 18 % y la nueva Alemania
Occidental con el 11 %. En total 18 países europeos se beneficiaron
del plan. A pesar de que se le había prometido durante la guerra y se le
ofreció, la Unión Soviética se negó a participar en el
programa por temor a la pérdida de independencia económica; con su negativa
también bloqueó la posible participación de países de Europa del
Este, como Alemania Oriental o Polonia. Al plan
pronto se le criticó la poca importancia dada a la recuperación de ciertos
sectores estratégicos europeos para favorecer la entrada de empresas
estadounidenses y el temor a que los países europeos se convirtieran en estados
clientelares y dependientes de EE.UU. Los Estados Unidos desarrollaron
programas similares en Asia, pero bajo otras denominaciones.